Si realizas prospecciones con frecuencia [y deberías de hacerlo] ya sabrás lo fácil que es caer en el desánimo.
Ya sea telefónicamente o de forma presencial, los contactos con prospectos fríos – más bien helados – son una dura prueba a nuestro amor propio.
Indiferencia, desinterés, falta de atención, descortesía pero también, malas contestaciones o directamente insultos…
¿Necesitamos alcanzar un grado de maestro zen para sobrellevar esto y seguir adelante?
Bueno, la verdad es que ayudaría…
Pero, ¡No!
Tenemos que realizar una acción introspectiva y buscar nuestras propias motivaciones.
No las externas.
Las nuestras.
Las que de verdad importan.
Ten en cuenta que por cada “No” que nos dicen nuestros prospectos, [y sus formas amables como “Más adelante”, “Por el momento no”, “Quizás en el futuro”] estaremos…
+ Más cerca de conseguir un nuevo cliente,
+ Ganando “soltura” y experiencia en superar las objeciones,
+ Endureciendo nuestro espíritu frente a los Noes,
+ Ganando dinero gracias a la Ley de los Grandes Números y [la más importante],
+ Sintiéndonos bien con nosotros mismos por cumplir con nuestras metas.
Así que, inspira hondo y… ¡comienza la prospección!
Si quieres que la prospección no sea tu principal fuente de clientes, tanto de propietarios como de compradores, necesitas una estrategia de captación.
Te ofrezco un sitio web profesional para tí, asesor inmobiliario, con el cual te resultará mucho más fácil llegar a tus prospectos.
De hecho, serán ellos quienes contacten contigo.
Imagínate, prospectos tibios, no fríos.
¡Una diferencia enorme!
¿Quieres saber más?